La última víctima.

por Karla Jiménez.



Capitulo 1
E
ra de noche en la ciudad de Hampshire, el cielo se encontraba lleno de estrellas deslumbrantes. La luna estaba más bella que nunca, resplandeciente y grande, era una imagen imborrable. Era una noche llena de misterio, perfecta para emprender el plan. Él caminó hacia la fiesta, parecía que buscaba algo en particular. Sin duda era muy apuesto con cabello castaño, ojos soñadores, alto y delgado, de piel clara. Se hallaba en sus veintitantos y era un hombre que se mantenía en forma. Se hacía llamar London, apodo que se ganó debido a su destacado trabajo en dicha ciudad, donde cada noche ocurría algo terrible.
Entró a la casa de Grace, la anfitriona de la fiesta, y enseguida tomo asiento en un sillón rojo chillante, mientras le echaba un vistazo a su rolex de oro blanco con incrustaciones de diamante cortado. Era un casa muy grande de dos pisos, recién construida, por un arquitecto muy famoso con un valor de 10 millones de euros, contando con doce cuartos, seis baños, cocina, cuarto de lavado, comedor, un gran bar, una terraza, muebles franceses de última moda y un inmenso jardín lleno de flores exóticas. Realmente una casa de ensueño ubicada en una zona residencial próxima a Farnborough.
 Rodeado de luces multicolores resplandecientes en las paredes y una bola de disco colgando del techo, el Dj se encontraba a un lado del bar mezclando música novedosa. En la pista de baile se encontraba un gran número de personas rodeando a una sola mientras ésta presumía sus pasos de baile, eléctricos y robóticos. La música vibraba por toda la casa con un ritmo armónico y candente, pocos estaban sentados, todos se divertían, se podría creer que era la fiesta del año.

London miraba a su alrededor con una expresión de desconcierto en el rostro. Definitivamente tramaba algo, pero en ese momento no tenía la certeza de lo que haría. Pero de algo estaba seguro: contaba con poco tiempo para ejecutar el plan. Permaneció sentado en el sillón por unos cuantos minutos. Acto seguido, frente a él se detuvo una hermosa joven con unos ojos verdes preciosos, de piel apiñonada, alta pero no más que él, su cabello rojizo y rizado caía a lo largo de toda su espalda; lucía un vestido púrpura sin tirantes a la altura de sus rodillas. Sus piernas lucían hermosas y en su cuello llevaba un hermoso collar de diamantes rosados. London quedo atónito, jamás había visto algo tan divino en su vida. Él la siguió con la mirada hacia el bar donde ella ordenó un Martini. Momentos después, él enloquecido por su belleza, se levantó del sillón y la siguió hasta que ella se detuvo nuevamente, pero esta vez para hablar con su mejor amiga, Grace. London no lograba quitar la mirada de esta belleza incomparable, realmente era una diosa. Estando tan sólo unos pocos pasos detrás de ella, titubeo un momento, en aquel tiempo lo decidió: ella sería su presa, la bella joven de rojos cabellos que estaba frente a él. (Continuará...)

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