Odio la primavera
Salí
de mi casa apresuradamente, pues faltaba poco para que iniciara mi clase. Tomé
la misma ruta de siempre. Hacía un calor espantoso a comparación con días
anteriores, era el primer día de la primavera, lo cual sólo significaba algo:
el inicio de mis alergias.
Para
mí el florecer de las plantas y el brotar de flores no trae consigo solo
belleza y felicidad a la ciudad, sino insectos,
en específico el aparecer de las abejas (a quienes al mismo tiempo agradezco,
pues jamás me ha picado alguna) las cuales sólo traen consigo polen. Soy tan
alérgica al polen, y consecuentemente, a las flores, al césped, a los árboles.
Mi nariz no está muy contenta en esta estación del año, mucho menos mi cuerpo
por todos los medicamentos que debe ingerir. Todo el tiempo se encuentra
somnoliento. Mi voz incluso cambia, se vuelve gangosa, siento que traigo un
algodón dentro de mi garganta. Básicamente es como estar engripada por un par
de meses. Lo sé, no es nada agradable. Esto y más iba pensando en mi camino
hacia la parada del camión. Escasos minutos después, frente a mí, había
aparecido una mujer cargando varias bolsas de mandando.

Lamentablemente, tiempo atrás ya la había
sorprendido un asaltante, entonces al oír mis pasos tras de ella y percatarse
que no desistían, entró en pánico. Le pedí disculpas, puesto que no era mi
intención asustarla. A lo cual, ella me aconsejó que eligiera una nueva ruta
cada que pudiera para evitar que cualquier asaltante potencial pudiera llegar a
mí. También que si fuera posible aprendiera a manejar, pues hoy en día es
sumamente peligroso andar a pie y en el camión. Asentí.
La
encaminé hasta su calle y se despidió de mí deseando que Dios me bendiga.
Enseguida salí corriendo a la parada y tomé el primer camión que pasó. Llegué
quince minutos tarde a clase sin dejar de estornudar. Insisto odio la
primavera, pero no a la gente que se toma el tiempo de darte un consejo sin
pedírselo y bendecirte. El mundo está lleno de gente amable, sólo es cuestión
de abrir los ojos y dejar de juzgar a las personas por su primera impresión.
Esto aprendí aquel día, al igual que aquella mujer.
-Karla Jiménez©
Comments
Post a Comment